Prometo comer más verduras, hacer más ejercicios, ser más amable, leer más la Biblia y orar más. Prometo ser un mejor hijo (a) / padre / madre / abuela (o). Prometo ser un mejor profesional, ser más puntual, no dejar que las cuentas se acumulen, no gastar más de lo que gano y empezar a ahorrar.
Prometo participar activamente de la escuela dominical y de las actividades de la iglesia. Prometo ser más simpático con los otros, hablar de Jesús a todos cuantos tenga oportunidad, a leer más libros para mi edificación personal y estimular otros a realizaren lo mismo.
Prometo murmurar menos y alabar más, a criticar menos y aportar más. Prometo ver lo bueno antes de los defectos en las otras personas. Prometo reconocer que no soy mejor que nadie y que todos tenemos los mismos defectos, pero en áreas distintas y que las personas que más me caen mal son las que son las que tienen el mismo defecto que yo. Y prometo ser amable con estas personas, aunque no sea reciproco, porque muchas veces no he retribuido el amor y amabilidad de otros y mucho menos de Jesús, que ha sido increíblemente paciente conmigo y con mis errores.
Prometo procurar las personas con las cuales he tenido diferencias y que hemos dejado de hablar, prometo rehacer amistades que fueron destruidas por el chisme, por la envidia o por cualquier otro problema egoísta. Prometo perdonar y olvidar, porque espero que Dios me perdone y olvide todo lo mal que le hecho, del cual me he arrepentido.
Prometo abandonar la infancia espiritual y permitirme crecer en Cristo. Prometo criticar menos la iglesia y esforzarme más para ser uno de los que construyen el Reino de Dios, a ejemplo de los apóstolos y profetas del pasado. Prometo cuestionar mis propios conceptos a la luz de la Biblia y a ser más exigente con lo que me enseñan, a ejemplo de los cristianos de Berea.
Prometo disfrutar más del sol del verano y del frío del invierno, ir más veces a la playa, a admirar más la naturaleza y el mar. Prometo murmurar menos de mis enfermedades y gozar más de la salud que tengo. Prometo encantarme más con las cosas simples de la vida, como la sonrisa, el cielo azul, la sencillez de los niños, la fuerza de los jóvenes, la responsabilidad de los adultos y la experiencia de los mayores.
Prometo valorar la santidad más que la comodidad, prometo buscar la satisfacción en la gracia de Dios y no en sus bendiciones. Prometo ser más paciente, más humilde, más coherente, más consecuente y más humano.
Prometo amar a Jesús más que a mi mismo y a desear su voluntad más que la mía propia. Prometo no dejar las promesas en estas palabras solamente, pero buscar en Cristo fuerzas para realizar todo lo que he prometido. Quisiera prometer menos, pero por conocer todo lo que necesita ser cambiado en mi, prometo, como expresión del profundo deseo que tengo de ser una persona mejor. Este año, en vez de esperar que el mundo cambie, deseo ser el cambio que el mundo necesita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario